El 90% de las piezas de un computador se puede reciclar o reutilizar para no transformarse en Residuos electrónicos
Este miércoles se celebró el día nacional del Medio Ambiente, y en la actualidad se estima que más de 7 mil toneladas al año corresponden a residuos electrónicos, por lo que Chile está buscando distintas maneras de darle un nuevo uso a estos aparatos y reducir la chatarra electrónica, que según el Ministerio del Medio Ambiente producirá 20 mil toneladas hacia el 2020.
La ministra del Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, señaló que de las 7 mil toneladas de residuos electrónicos que reciben, sólo se recupera un 19%, por lo que todavía quedaría camino por delante.
El director ejecutivo de la Fundación Chilenter, Sergio Larraín, manifestó que «el problema hoy día, falta un poco de conciencia», puesto que la Organización Nacional de la Salud define estos residuos como peligrosos, debido a su contenido en plomo, al igual como las pilas.
La Fundación Chilenter tiene más de 10 años tratando de extender la vida útil de los computadores, por lo que aparte de reciclar, intentan reutilizar lo que más puedan de los 7 mil equipos que reciben mensualmente.
Ante esto, Larraín recalcó que entre las dos cosas más importantes que hacen, es tratar de reacondicionar estos computadores para luego ser donados. Para este año entregarán 16 mil equipos a distintos institutos educacionales.
Respecto a las empresas, la directora del área de reciclaje de LG, Soledad Salgado, manifestó que como empresa, lo que hacen con los equipos es traerlos en camiones especiales a Santiago para que luego Chile Recicla, con quien trabajan en conjunto, los retire para ser llevados a Concepción donde se encuentra la planta principal. En ese lugar se genera el desarme de los productos electrónicos y clasificación de los componentes para definir cualquier quedan para reciclaje o se van a Alemania para su fundición.
¿Qué son los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos?
Los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) son aquellos derivados de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) descartados por el consumidor al final de su vida útil, cuyas características hacen necesario que sean sometidos a un manejo especial y que deberán ser entregados a un sistema de gestión ambientalmente adecuado6. El desafío que se presenta ante esta situación tiene sus raíces en la particular composición de estos aparatos y la necesidad de un manejo diferente de los otros tipos de residuos. Los AEE son aparatos que para funcionar requieren de corriente eléctrica o de campos electromagnéticos; contienen diversos elementos tóxicos, tales como mercurio, plomo y cadmio; y al final de su vida útil requieren un tratamiento específico capaz de prevenir su impacto negativo en la salud de las personas y el medioambiente. Los elementos tóxicos que incluyen coexisten con materiales de valor —entre ellos, oro, plata, cobre, platino y paladio—, cuya recuperación permite la valorización energética y la recuperación de materia prima reutilizable y comercializable. Actualmente, los RAEE son el tipo de residuo que mayor volumen de desechos está produciendo en el mundo. Una de las causas es el vertiginoso y permanente recambio tecnológico de este tipo de productos. Los RAEE crecen a un ritmo tres veces más rápido que el resto de residuos sólidos urbanos. Se prevé que en 2021 la cantidad de este tipo de desechos alcanzará los 52,2 millones de toneladas, con una tasa de crecimiento anual de entre el 3 y el 4 por ciento7. Estas alarmantes cifras demandan la urgente creación de sistemas de reciclaje que incluyan normas, infraestructura, sistemas de recolección, tratamiento, etc. Al mismo tiempo, para que estos sistemas funcionen se deben acompañar de la adecuada capacitación y sensibilización no solo de quienes los administran y operan, sino también de los consumidores y población en general. La recuperación de los materiales de valor a través de tratamientos especiales de reciclaje se denomina ‘minería urbana’. A través de tales procedimientos se rescata materia secundaria, lo cual disminuye significativamente el impacto que tiene la extracción de materia prima en la tierra por parte de la minería tradicional. En el tratamiento de una tonelada de residuos de los aparatos de las tecnologías de información y comunicación, se obtiene aproximadamente entre 200 y 250 gramos de oro; y de una tonelada de residuos de celulares se pueden extraer entre 300-350 gramos de oro.
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